sábado, 7 de marzo de 2009

Lugares de fuego

Yo soy Orfeo y mi oficio es arder, arder para que tu ardas conmigo .Mis tripas estan en cada soplido de mi saxo oxidado, y en cada frase violenta de este mis ojos se voltean hacia el abismo donde tu no te atreves a mirar, a el lugar de fuego de donde viene todas las cosas por las que vale la pena nacer o morir.

¡Que!, ¡No, yo no soy poeta! …¡Ja ja ja ¡ no me mires asi; al menos no el poeta que tu piensas. Yo soy un asesino, un asesino de palabras ,mi poesía es destrozar las palabras, por que las palabras quieren morir, quieren morirse en el abrazo de una melodía que ya no las necesita , por que esta ya lo dice todo. Las palabras quieren morir incineradas por el fuego primigenio y renacer de sus cenizas en sonido en estado salvaje, musica de locos para locos, musica de santos para santos, musica de muertos para vivos, musica sin tiempo para este sucio lugar, un alarido de dignidad por lo absoluto.

YO soy quien una noche cualquiera detendrá el tiempo, y te hará mirarte a ti mismo a tu agujero, al abismo que te traga sin que te des cuenta, y te haré gemir, sollozar, que grites por tu madre y mates a tu padre, la eternidad a domicilio, en bandeja de silencios y sonidos. Todo esto mientras te bebes al mundo, o te lo inyectas en la vena que salta en tu brazo izquierdo, mientras me escuchas destrozar al mundo con mi saxofón.

Yo no tengo padres ni patria mi nación es la pira , cada que me cuelgo el saxo al cuello estoy en mi paraíso y en mi infierno .Yo soy el amo y señor de las bestias que segrego con mi aliento, y estas a la vez son mis señoras, institutrices del verbo incendiario.

Los callejones sucios y llenos de los marginales son los corredores de mi palacio, mi templo y mi pueblo, y la heroína es ahora mi sangre. Solo hay tres cosas en este mundo por las que moriría si me faltaran, una es mi musica, la otra la aguja y la tercera perderme en los ojos de Eurídice.

Ella es de fuego como yo, de hecho ella fue la que lo trajo a mi, lo invento un día jugando al amor. En secreto me regala la musica a traves de sus besos, como murmullos en Morse, húmedos y rojos, yo solo lo traduzco al escenario.

Podemos estar semanas sin salir del departamento, tirados en la cama cogiendo como locos, y embriagándonos con todo lo que nos caiga en mano, y mientras duerme solo miro sus ojos cerrados esperando el momento que los abra y vuelva a inventar el fuego.

1 comentario:

EktoradO dijo...

Mi favorito de todo el blog.

Te rifaste con la prosa. Excelente; dos pulgares arriba.