miércoles, 18 de junio de 2008

aguja sin vinil

La aguja sin vinil

La ceniza caia hacia el abismo, y Matias tosia por tercera vez consecutiva sin tensar la gaganta, dejandola vibrar, rasgarse. El no era un buen fumador particularmente, solo lo hacia en los ocasionales submarinos, ya saben esos que ya entrada la borrachera ayudan a desender un circulo mas a los infiernos de la intoxicación , pero este cigarro era distinto, por primera vez se experimentaba solo a medianoche con uno de estos en las manos, frente al abismo, al silencio, a ese agujero de tierra que interrumpía el espacio; que tendría ,que unos veinte metros de profundidad antes de que llegara a lo que parecía un grupo de casas no demasiado marginales, mas bien resultado de la conurbación urbana en las afueras de la ciudad de México.

-¡Matías!, ¡pinche Matute! Te andábamos buscando por todas partes, ya nos andabas preocupando. Llegaba gritando entre el bosquecillo y arbustos Emmanuel amigo de Matías.
- Cálmate cabrón, no es como si me fuera a aventar…bueno no antes de terminarme el cigarro-Dándole el ultimo jalón, el tabaco brillaba, no mas que el mar de lucecillas que la noche convertía a la ciudad, y de repente caia al abismo.

EL cigarro cayo en las penumbras a medio fumar y Matías y Emmanuel regresaban a la cabaña en donde estaban los demás de la universidad que habían ido a la cabaña a las afueras del D.F de Emmanuel esa noche.

En el camino se encontraban con Joaquín, mirando al cielo con las pupilas negras y dilatadas,-Mira nadamas, la Luna, con todos los colores, verdaderos colores. Creo que acabo de tener otro delay visual, ¡que alguien me detenga!
-Ya encontraste a este cabron , ya te nos andabas perdiendo Matuton, ya te andas mal viajando otra vez-

-Si, ya hasta fumando andaba- dijo Emmanuel y le daba una palmada en el hombro a Matias,-ora si nos vas a cantar, ya sácate la lira- mientras que este había dejado de escucharlos desde hace rato, estaba viendo como la sombra de Natalia danzaba desde adentro de la cabaña al ritmo de la fogata en la chimenea. Y sin decir nada se encamino hacia allí.

-¿Y este guey ora a donde va?-preguntaba Emmanuel
-¿y yo que chingados voy a saber? Esta bien extraño, desde el pedo ese de la playa yo ya no se ni que decirle, me da culo que vuelva a hacer pendejadas-contestaba Joaquín
-Yo por eso le dije a las viejas que no lo invitaran, si es cuate pero…no vaya a mala copear otra vez, bueno por lo menos no hay olas gigantes aquí para que me lo desmadren. Ojala este chido ya van meses de eso-
-No, eso si no hay océano, pero si hay muchos ajos y mucha noche-

Esta es la segunda vez que Matias se había tragado un ajo entero, pero uno que no pondría para nada orgullosos a nuestros ancestros los Grateful Dead y su sequito de hippies libertadores,- Ya no queda casi nada de “freeyourmind“ en esos pequeños trozos mágicos de papel-Matías murmuraba hacia adentro,- Nacimos fuera de la manada y no veremos jamas a Mick Jagger chasquear con dignidad los dedos ni a una honesta guitarra ser destrozada por un casi sin pretensiones Pete Townshend, somos la aguja sin vinil, nosotros somos el abismo.-

-¡Ahh quien quito la rola!- gritaba decepcionada desde adentro de la cabaña Esther , aun con los brazos parcialmente arriba y la inercia del electropop que fingía bailar.- Ay esa canción me gustaba- y se acerco al i pod cuando vio a Matias desconectándolo y poniendo su reproductor Mp3 de un giga.- Bueno pon el tuyo haber que traes- dijo con desden.

La importancia del Shuffle reside en la falsa pretensión de que el destino se esconde en el precario programa que rige la arbitrariedad con la que una maquina escoge cierta pieza musical en relacion con un momento y espacio preciso. Y mas aun en la ilusión que esa elección totalmente despersonalizada y azarosa tiene una estrecha conexión con los acontecimientos metafísico emociónales que experimenta una persona determinada.

Nick Drake, decía esa pequeña pantalla iluminada por un color diferente cada diez o quince segundos, “Time has told me“ y el destino acierta otra vez. Matias procede a sentarse junto a Natalia quien mira al vació desde hace ya diez minutos mientras que en su cabeza y su viaje han pasado tantas horas, y al mismo tiempo tan escasos segundos. Justo cuando encuentra la posición mas cómoda en días en ese sillón viejo, alguien grita -¡no mames otra vez tu musica bajonera!, cámbiale , si esta chido pero ponte algo mas movido- Y sin dudarlo Laura cambia la canción- ¿Como se le cambia a esta cosa?, em ya la que sea…si esta me gusta- Un discreto pero épico piano se anuncia poco a poco, Natalia sale de su viaje y voltea a ver a Matías con una sonrisa, este se inmuta y rápidamente reacciona con un chiste, como siempre para no sentir, para que ella no sienta, la risa en su aplicación mas baja, la evasión del roce con el otro.- Jaja, a huevo, Pink Floyd, uy ya quiero que la chica empiece a gritar toda orate- Y asi de repente todos se van al abismo, a sus abismos .

Musica bajonera, ese termino hacia eco en la mente de Matias-Por que siempre descubro que quien compuso tal o cual rola que me traspasa murió joven, una muerte silenciosa y sospechosa “siempre solo“ , “incomprendido“ chinguen a su madre pinches testigos , familiares ellos tambien murieron o van a morir “siempre solos“ , “incomprendidos“ solo que nunca pudieron , o siquiera intentaron cantar sobre eso,-

Todos miran al techo, algunos acostados en la cama matrimonial descifrando los defectos de la madera en pinturas rupestres llenas de movimiento, otros en el sillón junto a la cama ven el techo sin realmente verlo, entre ellos Natalia que poco a poco va desnudando una emergente sonrisa. Junto a ella Emmanuel sentado en el suelo con la cabeza hacia arriba mira a Natalia con la boca entreabierta y lleva treinta y ocho segundos sin parpadear , Matias lleva la cuenta desde la orilla de la cama .

Sentado en la hamaca con su guitarra desafinada y con una cuerda rota, sus pies hartos de la arena de la costa oaxaqueña del pacifico, Matias ya no puede con su tiempo, este no pasa, lleva toda la noche despierto a causa del ajo que se trago, y simplemente ya no puede mas, toda la banda de la universidad ya se fue a dormir a las casas de campaña, solo quedan el , Natalia y Emmanuel. El sol no llega, y el hastio llego desde hace rato, no comenzo por la aparente interminable noche sino por su aun mas aparente incapacidad de decir de frente a Natalia lo que puede cantar al mundo, -de que me sirve hacer pinches canciones , si ni siquiera puedo nombrarselo a ella, asi de sopeton sin mamadas, sin la pinche guitarra de intermediario tergiversando todo lo que quiero decir , mil acordes no dicen nada si yo no puedo hacerlo de frente.

Natalia y Emmanuel se ven a la orilla de la playa sentados y la oscuridad los hace besarse, Matias toma su guitarra se desnuda y se lanza al océano , el liquido en su cuerpo se siente muy extraño, la separación de las formas parece algo cambiada, sus bordes y el agua se difuminan, ya con el agua a la cintura lanza la guitarra con toda su fuerza al mar abierto que lo espera y bracea con todas sus fuerza , con todo lo que el tiempo le dijo al oído toda la noche, bracea hasta la otra orilla , donde la el silencio lo espera, donde la música lo dice todo, hasta que llega la obscuridad…-¡Matias!, ¡Matias! ¡No detente!- grita Natalia mientras Emmanuel le sigue nadando de cerca.

Treinta y nueva, cuarenta, cuarenta y un segundos y por fin parpadea, Natalia lo voltea a ver y su sonrisa acaba por nacer para iluminar a Emmanuel. Matias tiene otra canción para ser cantada, y el otro lado de la orilla tendrá que esperar